miércoles, 5 de noviembre de 2014

Rabo de toro estofado.

Lo mejor de la llegada de los fríos, es que podemos hacer guisos sin "remordimientos" y este es uno de mis preferidos. La verdad es que no es para comerlo todos los días, pero un buen homenaje de vez en cuando, que bien sienta.


Genéricamente lo llamamos rabo de toro, pero en realidad, pocas veces es de toro realmente. En Madrid en algunas carnicerías podemos encontrarlo, pero la verdad no es sencillo y de precio elevado, por eso lo habitual es prepararlo de ternera, como es este caso. También se puede encontrar congelado, pero  no os lo recomiendo, no por el congelado en si, si no por el tipo de corte que lleva. Los rabos congelados los cortan a maquina y el corte lo hacen por donde cae, habitualmente por el hueso, mientras que cuando es fresco, el carnicero lo corta a cuchillo y debe cortarlo a través de la articulación de las vertebras, ¿y esto que tiene que ver con la cocina?. Pues que lo mejorcito del rabo es la gelatina que aporta al guiso y una gran cantidad de esta se encuentra en los discos intervertebrales que quedan al aire al cortarlos a mano, pero quedan escondidos si el rabo se corta por los huesos.


En cuanto a cantidades con un rabo tenemos para unas 4 o 5 raciones.

INGREDIENTES.

1 Rabo.
2 Zanahorias.
1 Cebolla morada.
1 Puerro.
1/2 Pimiento rojo.
3 Dientes de ajo.
2 Tomates maduros.
500 cl de vino tinto.
500 cl de caldo de carne o agua.
1 copa de Pedro Ximenez (opcional).
Sal.
Pimienta negra.
Harina.

ELABORACIÓN.

 Empezamos salpimentando y enharinando los trozos de rabo. Yo lo suelo hacer metiendo todos los trozos en una bolsa y así con muy poca cantidad de harina, a penas 1 cucharada sopera, cubro uniformemente todos los trozos.


Calentamos aceite, bien en una sartén a parte, bien en la cazuela directamente, yo uso esta segunda opción y doramos bien los trozos de carne. Una vez doraditos los sacamos y en ese mismo aceite hacemos un sofrito con la cebolla, el puerro, el pimiento, la zanahoria y los ajos. Cuando la cebolla empieza a transparentarse, añadimos los tomates rallados y dejamos que espese la salsa.


Una vez con el sofrito en su punto, tenemos dos opciones, hay gente que añade un poco de azúcar y en mi caso prefiere añadir una copa de Pedro Ximenez u otro vino con un toque dulce. Esto se hace porque el vino tinto al reducir tiende a dar un punto de acidez. Si le añades el vino dulce con una copa se suficiente, lo dejamos reducir 5 minutos, añadimos los trozos de rabo, mezclamos bien y cubrimos con el vino tinto y el caldo de carne, lo llevamos a ebullición y a partir de ese momento lo dejamos cocer a fuego lento durante una 2 horas y media 3, dependiendo del tipo de carne y el tamaño. El punto lo tenemos cuando la carne se desprende sola del hueso.

Sacamos los trozos de carne, pasamos la salsa por la batidora y el chino y volvemos a mezclar todo y lo dejamos que cueza junto otros 30 minutos.


Lo ideal es tomarlo de un día para otro, como casi todos los buenos guisos.




"El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío". Lucas 14, 26


1 comentario:

  1. ¡Cuánto me gustan estos guisos de rabo! Cada uno tiene su detalle pero este tiene una pinta que se sale de la pantalla.
    Esta misma mañana compré rabo de buey y tengo pensado al estilo romano... ya te diré!
    Besos,
    Palmira

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