La receta que traigo hoy, esta en el libro de Top Chef, y es una de las que me parecieron más atractivas. El color como podéis ver, es increíble, la remolacha la verdad es una maravilla y yo reconozco que no la uso demasiado, tengo otra receta de una tapa, que algún día pondré y a veces en ensalada, pero no la uso mucho más.
La remolacha, como muchas de las hortalizas es rica en hierro y vitaminas del grupo B y C, por lo que es especialmente sana. Como mejor mantiene las propiedades es en crudo, aqui prácticamente la vamos a consumir en crudo, ya que la licuamos y después no pasa demasiado tiempo al fuego. También es rica en fibra, aunque la fibra con el licuado si que se pierde bastante.
La remolacha, como muchas de las hortalizas es rica en hierro y vitaminas del grupo B y C, por lo que es especialmente sana. Como mejor mantiene las propiedades es en crudo, aqui prácticamente la vamos a consumir en crudo, ya que la licuamos y después no pasa demasiado tiempo al fuego. También es rica en fibra, aunque la fibra con el licuado si que se pierde bastante.
Y que decir del risotto, es una manera deliciosa de tomar arroz y que además da mucho juego para combinarlo con cosas que en otro tipo de arroces no haríamos.
Venden arroces especiales para risotto, pero en principio con cualquier arroz redondo nos vale. La cantidad de queso parmesano que os pongo es orientativa, según la receta original, yo le puse un poco más, unos 100gr., porque me encanta el sabor que le da, pero si no te gusta puedes prescindir de el o poner la mitad de cantidad, que siempre le da cierta untuosidad que se agradece.
INGREDIENTES.
400 gr. de arroz.
80 gr. de queso parmesano.
15 gr. de mantequilla.
100 ml. de vino blanco.
500 ml. de caldo de pescado.
400 ml. de zumo de remolacha.
1 cebolleta.
1 cebolla roja.
1 diente de ajo.
1 puerro
AOVE.
Sal.
1 salmonete grande o 4 pequeños.
PREPARACIÓN.
En una cacerola pochamos picadito muy finito las cebollas, el puerro y el ajo.
Mientras lavamos y escurrimos el arroz y una vez trasparenté la cebolla añadimos el arroz y lo dejamos rehogarse hasta que empieze a transparentar, entonces le añadimos el vino y lo dejamos reducir hasta que se evapore, moviendo con una cuchara de madera.
Al consumirse el vino, casi por completo añadimos el caldo de pescado. El caldo yo lo hice con la espina y la cabeza del salmonete y la parte verde de unos puerros.
Mientras el arroz va absorbiendo el caldo, pasamos por la licuadora 2 o 3 remolachas, dependiendo del tamaño, para obtener el zumo y cuando el caldo de pescado este casi consumido le echamos el zumo de remolacha y removemos bien cogiendo el arroz un color maravilloso.
Lo separamos del fuego y añadimos el parmesano, la mantequilla, removemos bien, rectificamos de sal y reservamos.
Los salmonetes los hacemos a la plancha y presentamos. Yo tuve la suerte de encontrar un salmonete grande, que me daba para 5 o 6 raciones de pescado, si no encuentras grande, perfectamente se hace con más pequeños, poniendo 1 o 2 por persona dependiendo del tamaño que tengan o del hambre de los comensales. Eso si, tratarlo bien, es un pescado riquísimo, con un sabor muy especial, que se merece que no los pasemos demasiado y que quede jugoso. Los pequeños sin espinas y abierto al medio en poco mas de un par de minutos estarán hechos.
"Todos te andan buscando".San Marcos 1, 37
Guauuuuuuuuuuuu.... que grandísima idea has tenido!!!!
ResponderEliminarVaya color más suculento y una fabulosa idea para comer verduras poco echas, y no perder sus vitaminas.
Me encanta!!!
Gracias Mar, peto por desgracia no es idea mía, la he tomado de un libro, que le vamos a hacer.
ResponderEliminarDesde que publicaste esta receta tenía ganas de dejarte un comentario (y ya ves, soy un desastre) para decirte que me encanta. Puede que la receta original no sea tuya, pero sí creo que has sabido hacerla tuya, y eso también es importante. ¡Y la presentación (para lo que yo reconozco que soy un manazas) es la caña!
ResponderEliminarLa verdad es que tiene un colorido espectacular, la remolacha es que es maravillosa y si encima encuentras un salmonete gigante, rematas la jugada.
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