Tarta de chocolate blanco y queso.

Para el fin de semana os propongo una tarta deliciosa, muy sencilla, solo 3 ingredientes, y que queda jugosa y nada, nada empalagosa.

Realmente es muy facil, quizás la única complicación, para no iniciados, sea montar las claras, por si no lo sabéis os doy un truquillo, es importante que tanto las claras como el recipiente en el que las vamos a montar estén fríos. Yo lo que hago es una vez separadas yemas y claras, meto estas últimas en la nevera y el recipiente en el que las voy a montar va, vacío, al congelador. En 20 minutos que es lo que tardo en hacer el resto tengo las claras fresquitas y las paredes del cacharro bien frías y ahora a darle a las varillas.

INGREDIENTES.

6 huevos.

240gr. de chocolate blanco.

240gr. de queso crema (tipo Philadelfia).

Azucar polvo (opcional).

ELABORACIÓN.

Separamos las yemas de las claras y como os he dicho guardamos estas en la nevera. Fundimos el chocolate, que lo podéis hacer en el baño María o más rápido en el microondas, cortado en trozos y yo lo que hago es a máxima potencia programo 15 segundos, lo muevo y repito y así las veces que sean necesarias hasta que esta bien fundido, de esta manera te garantizas que no se quema.

Una vez templado el chocolate lo mezclamos con el queso crema y las yemas y reservamos. Montamos las claras, usar el truco que os pongo al inicio del post y quedaran perfectas. Tienen que quedar duritas, que al darlas la vuelta no caigan.

Con la mezcla del queso y chocolate ya fresco y la ayuda de una lengua de silicona o un cucharon, lo mezclamos con las claras, con cuidado con movimientos envolventes para que no se bajen y listo al molde y al horno previamente caliente a 170ºC. En la bandeja del horno vamos a poner agua caliente hasta el borde. Lo tendremos 20 minutos a 170ºC, después otros 20 a 160ºC y por último 15 minutos dentro del horno con este apagado pero la puerta cerrada. 

Ya solo queda esperar a que se enfríe un poco para desmoldar y decorarlo, si nos apetece, con azúcar en polvo y a disfrutar.

¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno?  Mateo, 24, 44.